C'etait vente

Apres la bruyante et grouillante Hanoi, ns sommes alles faire une mini croisiere sur la Baie d'Halong.
Ce n'etait certainement pas la meilleure saison pour la visiter, mais cela valait quand meme le detour !

Il n'y a pas d'embouteillages, c'est le traffic normal !

Vietnam, Hanoi… ahí es donde esta vez nos ha llevado la curiosidad y las ganas de acercarnos a la cultura asiática, este país tan conocido por nosotros por su guerra contra los EEUU, pero que desde el minuto cero de su historia trabó combates contra Chinos, franceses, y otros países vecinos hasta ganar definitivamente su independencia en el año 1975 (no hace tanto para un pueblo con miles de años de cultura, no?)

 Hanoi, es imposible describir con palabras, sus caóticas calles infectadas de motos que ensordecen con sus bocinas, apareciendo por donde uno menos se las imagina, los vendedores con sus pequeños restaurantes en las esquinas donde cocinan frente a tus ojos el “manjar” que elijas, que va desde los típicos noodles, hasta los arrolladitos primavera (spring rolls, para los más internacionales) pasando por cabezas de pescado y porque no…un simpático perrito si ud lo desea. O quizás un buen sándwich de paté (al menos eso decía el cartel) con un pan con forma de flautita sin miga, pero de un tamaño de una zapatilla nro 43.Y si necesitan bajar tanta comida, pueden optar por un café vietnamita con hielo y leche condensada, o para los más osados un traguito de vino de serpiente (vino + cobra adentro = Snake wine) que hace bien a los dolores de espalda… Todo adornado con los colores de las flores y las frutas, verduras, carnes y otras baratijas desparramadas en las veredas que sumadas a los indisimulables  estandartes rojos con la estrella amarilla que cuelgan de todas las casas y se alternan  con la oz y el martillo haciéndonos preguntar cuando otros países comunistas quedan en pie hoy en día…(alguno sabe exactamente??)

Bueno, mucho más no les puedo contar de esta peculiar ciudad, ya que junto con nuestro entusiasmo de acercarnos a este nuevo pueblo, no reparamos en que el Tet (año nuevo chino versión Vietnamita) iba a paralizar toda la ciudad, así que solo pudimos respirar el caos cotidiano del corazón de Vietnam un día, lo cuál fue mucho más que suficiente, y nos permitió conocer la bahía de Halong (uno de los lugares más lindos del mundo) navegando dos días por este mágico lugar y prácticar ya de vuelta a Hanoi, uno de los deportes que puso seriamente en riego nuestra integridad física, y que es muy común en esta parte del mundo…

 Y si!!! Tanto ver motos acá y por allá nos dieron ganas, así que nos calzamos el pequeño casquito de nuez, nos subimos a una moto e intentamos realizar un minitour por la ciudad, conmigo manejando lo que implica mis amigos, que el riesgo aumente un 150% desde el momento que uno toma esa drástica decisión, pero que debido al enjambre descontrolado de motos que van y vienen de cualquier punto de las calles nadie pudo notar mis dotes como conductor, salvo la pobre Lili que se pegó el cagazo de su vida…

Así que les dejo más fotos y a la espera de las cada vez mas cercanas peripecias Argentino-Bolivianas,cuando nos estaremos poniendo nuevamente en contacto

Du coton - Algodon

Y bueno, después de haber soñado toda la noche con ratas, ratones, Mickey, pinky, cerebro, y otros gobernantes. Nos levantamos bien temprano para aprovechar a full el navideño día que teníamos por delante. Así que llamamos a Ping, nuestra guía China (que nivel!!!), y nos preparamos para sacudirnos un desayuno de campeones, que terminó siendo solamente una chocolata aguada con gusto a cuarto puesto y con ganas de podio…

Pero como dice el viejo proverbio Kircher (lo utilizó mucho durante la estadía) “Hace parte del viaje”, y por suerte ligamos sol (después apareció solo cuando nos volvíamos) había mucho para ver, así que hicimos un breve mitin con Ping para ver que podíamos hacer durante el día, y decidimos hacer el tour a pata (aunque teníamos para elegir bici, moto, globo aeroestático, rata domesticada, y más).

Paso siguiente, empezamos a andar, andar, y andar…Por el camino nos cruzábamos con la gente del lugar (ni-jau = Hola), y marchando por el medio de los campos sembrados de algodón, tabaco, lechuga, zanahorias, naranjas y mandarinas (estas últimas, en plena cosecha), que daban un tinte al paisaje muy agradable a los ojos.

Y fue en plena marcha que nos hicimos amigos de unos

Chinitos que iban para la escuela, cuyo uniforme constaba solo de un pañuelito rojo atado al cuello…

Caminando y caminando se nos fue de a poco el día, durante la ardua jornada pudimos notar, que pese a que los Chinos tiene prohibido los juegos de azar, se la pasan jugando (por guita, sin excepción)con una cartas que son como el palito que te mete el doctor en la garganta. Y por donde pasábamos estaban dándole al escolazo…

Finalmente para cerrar el día nos propusieron ir al Market Chino, algo bien típico, y si bien a esta parte no quería llegar, voy a hacer un esfuerzo, respirar hondo y contarles que cuando entramos al lugar donde ellos hacen las compras, tuvimos la desgracia de apreciar que la gran variedad de comestibles incluye perros, víboras, gatos, ratas, ratones, caracoles, en fin… todo lo que se mueva. Y lo que no también, porque leí por ahí que antes hasta las cortezas de los árboles servían para aplacar el hambre. Si bien me dio mucha lástima cuando escuché a los perros, segundos antes de pasar por el cuchillo, y un poquito de asquito cuando vi las ratas, pero hay que saber que no hace mucho acá, se murieron casi 30 millones de personas de inanición…

Y cuando tenés hambre…

No los aburro más (por ahora) y chusméen las fotos.

Chau!!!